El pensamiento sistémico es la
actitud del ser humano, que se basa en la percepción del mundo real en términos
de totalidades para su análisis, comprensión y accionar, a diferencia del
planteamiento del método científico, que sólo percibe partes de éste y de
manera inconexa.
El pensamiento
sistémico aparece formalmente hace unos 45 años atrás, a partir de los
cuestionamientos que desde el campo de la Biología hizo Ludwing Von
Bertalanffy, quien cuestionó la aplicación del método científico en los
problemas de la Biología, debido a que éste se basaba en una visión mecanicista
y causal, que lo hacía débil como esquema para la explicación de los grandes
problemas que se dan en los sistemas vivos.
Este cuestionamiento
lo llevó a plantear un reformulamiento global en el paradigma intelectual para
entender mejor el mundo que nos rodea, surgiendo formalmente el paradigma de
sistemas.
El pensamiento
sistémico es integrador, tanto en el análisis de las situaciones como en las
conclusiones que nacen a partir de allí, proponiendo soluciones en las cuales
se tienen que considerar diversos elementos y relaciones que conforman la
estructura de lo que se define como "sistema", así como también de
todo aquello que conforma el entorno del sistema definido. La base filosófica
que sustenta esta posición es el Holismo (del griego holos = entero).
Bajo la
perspectiva del enfoque de sistemas la realidad que concibe el observador que
aplica esta disciplina se establece por una relación muy estrecha entre él y el
objeto observado, de manera que su "realidad" es producto de un
proceso de co-construcción entre él y el objeto observado, en un espacio
–tiempo determinados, constituyéndose dicha realidad en algo que ya no es
externo al observador y común para todos, como lo plantea el enfoque
tradicional, sino que esa realidad se convierte en algo personal y particular,
distinguiéndose claramente entre lo que es el mundo real y la realidad que cada
observador concibe para sí. Las filosofías que enriquecen el pensamiento
sistémico contemporáneo son la fenomenología de Husserl y la hermeneútica de
Gadamer, que a su vez se nutre del existencialismo de Heidegeer, del
historicismo de Dilthey y de la misma fenomenología de Husserl.

La consecuencia de esta
perspectiva sistémica, fenomenológica y hermenéutica es que hace posible ver a
la organización ya no como que tiene un fin predeterminado (por alguien), como
lo plantea el esquema tradicional, sino que dicha organización puede tener
diversos fines en función de la forma cómo los involucrados en su destino la
vean, surgiendo así la variedad interpretativa. Estas visiones estarán
condicionadas por los intereses y valores que posean dichos involucrados,
existiendo solamente un interés común centrado en la necesidad de la
supervivencia de la misma.
Así, el Enfoque
Sistémico contemporáneo aplicado al estudio de las organizaciones plantea una
visión inter, multi y transdisciplinaria que le ayudará a analizar a su empresa
de manera integral permitiéndole identificar y comprender con mayor claridad y
profundidad los problemas organizacionales, sus múltiples causas y
consecuencias. Así mismo, viendo a la organización como un ente integrado,
conformada por partes que se interrelacionan entre sí a través de una
estructura que se desenvuelve en un entorno determinado, se estará en capacidad
de poder detectar con la amplitud requerida tanto la problemática, como los
procesos de cambio que de manera integral, es decir a nivel humano, de recursos
y procesos, serían necesarios de implantar en la misma, para tener un
crecimiento y desarrollo sostenibles y en términos viables en el tiempo.